"Tengo miedo de que al morir a Dios le importen las cosas que hice, pero tengo más miedo de que no le importen" (Créditos a quien le correspondan).
No entiendo del todo la frase, pero me gustaría tratar de expandirla tan siquiera un poco, darle una explicación desde mi perspectiva, brindar una nueva forma de verlo, no mentiré al lector con respeto de que mi opinión esté cegada, aunque muchos puedan afirmar que la frase es literal en "tengo más miedo de que no le importen", haciendo alusión que al final el propio Dios Hebraico en realidad no sea el dios que juzga a los que cometen maldad, ya sea contra el igual o contra seres con inocencia e incapacidad para luchar, sino que trasciende a más allá, al miedo que otros que son iguales a mí, sean impunes aun cuando yo sé que sus pecados deberían ser juzgados. Muchos dirán que esa es una fácil interpretación, sin duda lo es, pero que es tan malo que salieran impunes.
En primera instancia hay que saber Yahveh, es un dios bueno y bondadoso, que vela por todos e incluso por el inocente y desvalido, como por el ladrón y asesino, pues ama a todos por igual, siendo la mayor exposición de este hecho el versículo "De los pecados de mi juventud, y de mis rebeliones, no te acuerdes; Conforme a tu misericordia acuérdate de mí, Por tu bondad, oh Jehová. Salmos 25:7", pero se sabe que a todos no se les debe juzgar con el mismo peso. Un pecado es un pecado, y los mismos son cometidos en juventud, cuando nuestros cuerpos y mentes están en su mayor capacidad y el mundo parece chico, es cuando hemos de hacer mayor maldad, el ladrón es capaz de hurtar con agilidad y rapidez, y el asesino es capaz de matar con un golpe al adulto como al niño.
El amor de Yahveh trasciende el amor humano, pues el mismo amor humano es más pequeño, es más interesado, más personal. No busca el grupo, busca al cómplice en mis palabras, no me malentienda, hay amor en la complicidad, en la camarería, en la unión de dos. Pero cuando se habla de un amor que trasciende, es aquel que busca el amor en multitud, en grupo, sin complicidad, solo el bien absoluto sobre aquellos que son iguales a mí. No hay amor más hermoso que encontrar en los ojos de otros el mismo amor que se siente sobre uno mismo. "Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. Juan 13:34".
No es casualidad que el peor de los crímenes de la humanidad sea hacer daño a otro igual, ¿por qué mencionar el amor y los pecados?, pues es muy sencillo, los pecados sustentan la frase, y el amor de dios es a su creación, cuando seamos juzgados al morir, seremos juzgados de los males que le hemos hecho a Dios, como al prójimo, "Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas. Mateo 22:37-40", pero solo dios perdonará los males que hayas hecho, tu conciencia y las vidas que has hecho mal en vida no, y mientras vivas no encontrarás el mismo perdón que Yahveh. Regresando al inicio y suponiendo que tus males sean desapercibidos y sigas teniendo conciencia sobre lo que has cometido, encontrarás el peso sobre tus hombros, sobre el no ser juzgado por la maldad que hiciste, encontrarás que no habrá paz, pues nunca enfrentarás los males que desataste.
"Tengo miedo de que al morir a Dios le importen las cosas que hice, pero tengo más miedo de que no le importen".
