Cielo



Acostado bajo aquel cielo azul, solo puedo encontrarme vulnerable, perdido en su inmenso mar, donde los hombres pasan con sus máquinas y los magos en sus utensilios, me pregunto sinceramente si alguna vez seré capaz de volar y navegar por sus largas planicies, esquivar sus nubes, y tal vez poder tocar las estrellas como los marineros tocan el agua, sentirme tan vivo por saber que la aventura me aguarda al final de este largo recorrido, abrazarlo aún cansado, aun sin fuerzas en mis brazos.


Aún perdido en las nubes, sé que estaré más cerca de casa de lo que nunca estuve. Podré buscar a mi padre en el mar, podré perderme en el paraíso, y aun así sabré que regresaré a mi morada con mil historias que contar. Los marineros no temen a perderse, pues nunca están perdidos; siempre estarán en su patria, una patria que conocen y saben sus dificultades, pero aun así no la abandonan, tal vez por amor a ella o por capricho de los hombres.


Soy el niño hecho hombre, soy el niño que se quedó observando las estrellas, esperando encontrar en alguna de ellas una sonrisa gentil que me haga enamorarme perdidamente de la inmensidad del cielo, aun cuando no la encontrado si he escuchado a los hombres gritar al aire por un poco de bondad, cuando en ese cielo solo encontraran tranquilidad, aun perdiendo mi mirada en esta vastedad pido a mi amada que me observe y sepa que buscaré su mirada, pues aunque no tenga ojos color café, tendrá ese azul que se tiñe de morado a naranja, colores tan presentes en todos que perderlos sería inimaginable.


Acostado bajo aquel cielo naranja, me siento extrañamente enamorado de su abrazante calor, de su abrazante fuego que recorre mi piel, en busca de algo que no será suficiente, yo creo que será mi amor, pues en mi corazón solo vive el cielo azul; un cielo parecido al mar, aun cuando me siento enamorado de su calor sé que no será nunca lo mismo que antes, pues he perdido mi mar por una lava ardiente que aunque me enamora con su fuego sé que si toco solo me quemaré, o moriré en el intento. 


Planeo seguir fiel a mi cielo azul, pues aun cuando ha cambiado, esperaré por verla de nuevo. Tal vez este sea uno de sus cambios repentinos, uno donde la ira la cegó y castiga a todo el que intenta navegar por sus aguas. Aun cuando los marineros ven todo hundirse en lava, han mantenido la cordura y ven complacidos su final, hombres sin miedo que conocen su patria, una patria traicionera que los acaba y los regresa. Yo que he navegado por esas aguas solo pude huir por la búsqueda de tu cielo azul.


Pero esta lava ardiente es apagada por la nada, por la oscuridad de la nada, una que impacta, que me hace pensar por momentos que nunca escaparé de ella para verla una vez más, y si es así podre gritar al aire sin pena "te amaré por siempre aun si tú no sientes lo mismo por mí.", Un humano enamorado del cielo azul, inaudito por los dioses mismos, que solo han atacado mi navío para evitar la búsqueda de una última mirada suya, si este es mi final lo aceptaré como los cientos que han caído presos del mar de los sueños, que los nubla y ciega de la realidad, que los trasporta a un mundo desconocido del cual no pueden escapar. Y este viejo barco llamado insomnio está por rendirse a la oscuridad de la noche, adiós a todos, por un mañana aún más brillante.

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